lunes, 26 de octubre de 2009

Nuestra Señora del Sufragio. 3 de Nov.
























La imagen de Nuestra Señora del Sufragio nos invita a orar.


Cuando vemos la mirada dulce y compasiva de la Virgen no podemos más que dejar que el corazón vaya con ella y también se eleve hacia Dios.

Pero ¿nos hemos detenido alguna vez a pensar cómo fue realizada y qué quiso representar quien la creara?

En primer lugar, es la imagen más difundida, la que nosotros conocemos por estar en estampas, cuadros, etc. Y forma parte de un grupo escultórico que se encuentra en la Iglesia de Nuestra Señora del Sufragio en Turín, Italia., que es el templo que Francesco Faá di Bruno dedicara a María como expresión perenne de fe y lugar de oración incesante.

Fue realizada, a la usanza de la escultura italiana, en un bloque de mármol único que tiene cuatro metros y medio de altura, de modo tal que en ella el arte, la religión, la belleza y la devoción se armonizan.

Todas las estatuas en esta obra tienen las dimensiones del cuerpo humano, exceptuando la de la Virgen que tiene una altura de dos metros.

Idealizando su estructura, el grupo está formado por dos formas piramidales separadas por un cúmulo de nubes. En la superior, que representa el Cielo, se encuentran la Virgen y los ángeles y en la inferior en la que están las almas, el Purgatorio.

María está representada como Madre Inmaculada Mediadora. Su mirada es dulce y compasiva, implorando a Dios piedad y misericordia.

Se eleva por sobre un grupo de nubes, con sus brazos extendidos hacia delante, con sus manos abiertas expresando su bondad y su intercesión maternal para socorrer las almas.

Las nubes por sobre las que se eleva María sostienen a los ángeles arrodillados.

Uno de ellos presenta la Cruz a la Virgen, con la súplica de mediar ante su Hijo por misericordia; el otro, con un cáliz en sus manos derrama sobre las almas la sangre preciosa de Jesús y significa el sufragio ya conseguido por la Madre, en virtud de Esa Sangre.

En la parte inferior del conjunto, se encuentran representadas cinco personas, que a través de distintas actitudes expresan el dolor que las atormenta, en medio de las llamas.

Unas miran hacia la Virgen del Sufragio esperando la liberación; otra con el rostro entre las manos, se muestra arrepentida; otra con la cabeza inclinada, expresa su dolor.

Quizás ahora, conocemos un poquito más, desde el punto de vista material, acerca esta imagen que siempre hemos, que forma parte de nuestras vidas y que siempre nos inspira veneración.

Finalmente, recordemos lo que Francesco escribiera sobre la devoción a la Virgen:

“Honremos a María con las dulces invocaciones: Madre amable, Virgen poderosa, Auxilio de los cristianos, Madre de Misericordia, Consoladora de los que sufren. Ella todo lo merece; pero no olvidemos la advocación que revela la amplitud de su corazón maternal. Saludémosla e invoquémosla así: Nuestra Señora del Sufragio, ruega por nosotros y por las almas del Purgatorio”.

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